lunes, 6 de julio de 2009

Mal de muchos

Un buen día, se sentó. Cada paso que había dado le pesaba en la espalda. El recuerdo de cada persona con la que había compartido sus sentimientos la llenaba de tristeza y angustia. Lo único que podía hacer era sentarse en el suelo, allí mismo, y dejarse morir.
Pasó un dia, durante el cual sus amigos fueron y le preguntaron “¿Que haces?”. Cuando lo explicó, le preguntaron que por qué no había hablado nunca de ello. No supo que responder.
Siguió sentada, sin decir palabra. Paso un segundo dia, durante el cual los desconocidos se le acercaban y le preguntaban el porqué de que desperdiciase su juventud allí, sentada en una acera. Realmente no sabía que responder, asi que no dijo nada.
Al tercer día nadie fue a verla.
Al cuarto día, sola y angustiada, gritó. Gritó hasta que todas las luces del mundo menos una se apagaron. Un hombre pasó junto a ella y le dijo:
-Gracias.
-¿Por qué?-preguntó ella.
-Estaba sentado allí al lado, desde hacía dos días-dijo el hombre-, pero parece que hay alguien que esta peor que yo.

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