lunes, 6 de julio de 2009

Virginidad

Era aburrido aquello. Simpre metido en aquel bote, rodeado de otros lápices tan romos como él. Como no tenía punta nadie quería utilizarlo para escribir o dibujar, y se sentía solo, rodeado de otros como él. Y recordaba aquellos dias en los que todo era movimiento y energía, en los que se sentía util y necesario, y necesitaba volver a sentirse asi.
Una mano le sacó del viejo lapicero y unos ojos le miraron. El lápiz se estremeció cuando, de un cajón, sacó un bello afilalapices.
Era preciosa.
Se introdujo dentro del sacapuntas y comenzó a girar locamente, hasta que estuvo tan afilado como un alfiler. Se sentía nuevo, feliz y lleno de energía.
Era su primera vez.

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