domingo, 14 de junio de 2009

El pozo 3

¿Un vampiro?
-¿Quien...quien eres?-dijo Frederic. Su mirada se estaba nublando, y sabía que estaba a punto de desmayarse.
-Si yo fuera usted no trataría de prolongar lo inevitable-dijo aquel ser, avanzando tranquilamente. Su voz era grave y masculina, confiada. Tenía un acento algo extraño.
-Por...por favor...-dijo, poniendose de rodillas.-Antes...quizás antes pensaba que morir no importaba...¡Pero estaba equivocado! ¡Quiero vivir!
El vampiro se paró. Sus ojos brillaban extrañamente en la semioscuridad de la cueva.
-¿Por que piensa de repente que quiere vivir?-dijo. Parecía profundamente interesado.
-Aunque...aunque no haya nadie...-buscaba con todas sus fuerzas las palabras, algo que le salvara-No quiero que acabe asi...por favor, dejeme ir, no se lo dire a nadie...
El vampiro se encogió de hombros, pero parecía un gesto mas de resignación que de indiferencia.
-Comprendera, señor, que eso no puedo permitirlo.-susurró.-Este es mi refugio. Yo...yo tampoco estoy muy interesado en vivir...Lo único que quiero es quedarme aqui. Solo. Con mis pensamientos.
Frederic abrió mucho los ojos. No iba a lograrlo.
-Lo siento, señor, por tenerlo tanto tiempo sufriendo-dijo el vampiro.-Hace mucho tiempo que no hablo con nadie...a veces es agradable la compañía...
-¡Puedo quedarme aqui, con usted!-dijo Frederic, aferrandose a su unica esperanza-¡Le contare como son las cosas alli fuera! ¡Como ha pasado el tiempo!
El vampiro se quedó en silencio, asimilando sus palabras.
-¡Yo le contare como es todo fuera! ¡Dejeme que...!-el vampiro se abalanzó sobre él, asfixiandolo. Una vez el hombre se quedó inmovil, el vampiro clavó sus dos largos colmillos en su pecho, en el corazón, y le fue chupando la sangre. Cuando estuvo saciado, le rompió el cuello y tiró su cuerpo sobre un montón de huesos.
Apagó la vela y se hizo un ovillo contra una de las humedas paredes de piedra.
Tenía razon aquel hombre. Hacía tiempo...hacía tiempo que quería recordar como era vivir. No encerrado en un agujero, sino al ire libre. Sentir el viento en su cara. Hablar con otros seres pensantes. Sentir.
Se puso de pie. No tenía sentido pensarlo mas, ya había tomado la decisión. Sus harapos deberían ser reemplazados, pero ya tendría tiempo mas tarde. Se encamino al borde de la cueva que estaba excavada en el conducto del pozo, y una vez allí volvió la cabeza hacia el cuerpo aun caliente de Frederic.
-Adios y gracias, triste hombre sin nombre-dijo, y en su voz había sinceridad-Me has devuelto la vida.
Su sombra trepó por las paredes de piedra, al exterior. De vuelta al mundo.

2 comentarios:

  1. seguro que frederic se alegra de haberle devuelto la vida de todas maneras esperaba un discurso esperanzador por el que le perdonasen la vida, pegaba un poco

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  2. naaah, es un trozo de carne relleno de sangre que estaba a punto de quitarse la vida y que solamente vio su valor cuando estaba a punto de perderla...no se merecía vivir ni de coña.
    en lo que es el relato xD en la realidad si lo mereceria, hombre xD

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